Nuestra influencia en la evolución. Evolución cultural y biológica

Periodo 20350 de la nueva era.

Hoy he visto un libro de anatomía de esos que llaman de la antigua era. Hace miles de años. En él aparece la forma y descripción de cómo éramos los humanos entonces. En las clases de anatomía hemos estado estudiando la evolución de la especie humana, pero siempre me había parecido algo similar a un cuento. Ahora que lo veo escrito y documentado me doy cuenta de las diferencias que tenemos, a pesar de que seguimos siendo humanos. Variaciones biológicas que se han ido produciendo a lo largo de los años debido a nuestra evolución cultural.

Una de las diferencias que me parecen más notables ha sido el desarrollo cerebral. Nuestro actual cerebro es muy similar, pero se ha detectado un aumento de las señales eléctricas y la mayor especialización de cada una de las áreas cerebrales. Según tengo entendido esto ha sido debido a la implementación hace milenios de los implantes cerebrales que aumentaban la capacidad cognitiva y de procesamiento de nuestros cerebros. A lo largo del tiempo, se han producido pequeñas mutaciones que producían ese aumento de las señales eléctricas, lo que les daba una ventaja en el uso de esos dispositivos y en sus relaciones sociales y profesionales lo que hizo que dichas mutaciones se fueran consolidando en el genoma. Todavía existen personas con configuraciones similares a los antiguos, pero esto impide su “conexión” con la red global y por tanto limitan mucho su actividad.

Casi todas las personas que vivimos fuera de la Tierra hemos desarrollado una mayor resistencia a la radiación. Los científicos no han terminado de conocer cuál fue el inicio de esta adaptación. Si se generó a partir de aquellas personas que sobrevivieron al “periodo radioactivo” de la Tierra o ha sido fruto de la exposición a la radiación solar. Sólo sabemos que actualmente la mayoría de las personas soportan una mayor carga radioactiva de lo que lo hacían nuestros ancestros.

Una de las cuestiones más sorprendentes me resulta es la incapacidad de nuestros ancestros de degradar la celulosa, una de nuestras mayores fuentes de alimentos actuales. Sin esta evolución la humanidad no habría llegado hasta donde está actualmente. No me imagino qué comería si no pudiera digerir la celulosa. Según tengo entendido, esta evolución no fue tan arbitraria, sino una mejora genética artificial que se consiguió hacer pocos milenios y que introdujo en el código genético la capacidad de generar la enzima celulasa. Esta evolución nos permitió la utilización de la celulosa como fuente de energía y con ello una gran capacidad adaptativa.

De nuestros ancestros envidio esa capacidad de ver en la distancia. Sin mis gafas holográficas apenas puedo enfocar más allá de veinte metros que son las dimensiones máximas en las que me suelo mover en las naves y edificios. Al final cuando salimos, siempre tenemos que ir con las gafas holográficas que nos permiten obtener más información de los alrededores. En las sucesivas generaciones los músculos de los ojos se han ido atrofiando, y por otra parte el ver en la distancia no aportaba una mejora especial, por lo que esa capacidad se fue perdiendo. En la actualidad, raras son las personas que pueden hacer algo así. No se para qué les servirá.

No cabe duda de que hemos cambiado biológicamente, y éstos son sólo unos pocos de todos los que se han producido. Muchos de estos cambios fueron debidos a nosotros mismos, a nuestra cultura. ¿Qué otros cambios se producirán en el futuro? Igual hasta podamos llegar a respirar el aire con toques dulzones de nuestro recién descubierto planeta Oxrux 😉

Nota:

A pesar de que este texto es claramente de ciencia ficción, no podría estar tan lejos de lo posible. De hecho cambios similares han ocurrido en la humanidad en épocas pasadas. Así, hace 9.000 años nuestros ancestros adultos no podían consumir leche, hasta que en un momento de la evolución, debido a procesos culturales en los que el ser humano comenzó la producción de lácteos, el gen que facilita la producción de lactasa en adultos comenzó a representar una ventaja evolutiva. También los hábitos viajeros de los polinesios hicieron que se produjera un desarrollo evolutivo hacia un “metabolismo ahorrativo” que les dotaba de mayor tendencia a la fijación de grasa como reserva alimenticia. O el desarrollo del lenguaje y las habilidades sociales ha ido configurando el desarrollo del cerebro.¹

La selección natural hace que se produzca un proceso adaptativo de las especies, haciendo que aquellos genes que mejoran la capacidad adaptativa se vayan fijando en sucesivas generaciones. La cultura, es también generadora de ambientes al que el individuo también tiene que adaptarse y como dice Joseph Henrich, “A largo plazo, los genes evolucionan para adaptarse a esos mundos culturalmente construidos; tal ha sido, y sigue siendo, el motor principal de la evolución genética humana.” ²

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