Desde 1967, el 2 de abril, coincidiendo con la fecha del nacimiento del escritor danés Hans Christian Andersen, el IBBY promueve la celebración del Día Internacional del Libro Infantil con el fin de promocionar los buenos libros infantiles y juveniles y la lectura entre los más jóvenes.
Desde Kyokan queríamos celebrar este día y pensamos: ¡qué mejor forma que hacerlo con una charla literaria!. Pero…¿con quién podríamos compartir este deseo?
De inmediato, nos vino un nombre a la cabeza, Villar Arellano. Durante este curso 2014/2015, estamos participando en el Cuentoscopio y el Mirador de Cuentos, dos Club de Lectura de Literatura Infantil y Juvenil para adultos que ella dinamiza dentro de las Bibliotecas Públicas de Navarra y en Civican, y nos pareció la persona perfecta.
Le escribimos un correo y la respuesta fue inmediata: ¡podéis contar conmigo! Así que nos reunimos con ella y con Sara Machuca, de la Biblioteca Infantil de Civican, un miércoles por la mañana.
Mientras esperábamos en el recibidor aprovechamos para ver la exposición “Viñetas de vida”, de Intermon Oxfam, que apuesta por el cómic para mostrar el panorama de la Cooperación para el Desarrollo.
En unos minutos, llegó Villar y aprovechamos para comentar el auge de las temáticas sociales, políticas e históricas desde la creación artística.
Comenzamos así una charla distendida que nos llevó hasta el espacio por excelencia para hablar de Hans Christian Andersen, la Biblioteca Infantil. Sobre la mesa, una selección de libros de Andersen (guía de lectura de Andersen) y algunos materiales elaborados por ellas mismas para la animación a la lectura con el público infantil.
Comenzamos abordando la crítica que desde el postmodernismo se hace a los cuentos tradicionales, sobre todo por su “sexismo”, la crudeza en la que se presentan muchas realidades y el tratamiento a la infancia. Sin embargo, son muchas las posturas defensoras que desde el ámbito de la Literatura Infantil y Juvenil se hace hacia los cuentos tradicionales. En concreto en declaraciones recientes, Antonio Rodríguez Almodóvar, decía: “La mente infantil pide conflicto y el cuento no traumatiza: prepara para la vida”.
¿Qué opinas sobre las críticas a los cuentos tradicionales?
Yo creo que en esta generación de padres, en la que me incluyo, tendemos mucho a proteger a los chavales. Creo que esta época tiene una virtud y es el cuidado de la infancia, la concienciación de la importancia que tiene esta edad; hay que tener atendidas sus necesidades, pero sin caer en la sobreprotección.
Con esa actitud estamos poniendo fuera de su alcance cualquier situación que nos parece que les puede hacer sufrir; pero es que no siempre es posible evitar el sufrimiento en la vida… El dolor, la muerte, eso existe, esta ahí. Por eso, lo mejor que podemos hacer por ellos es ayudarles a prepararse para esa realidad. Claro, dicho así, suena muy negativo… La vida es mucho más que sufrimiento. También hay que enseñarles a apreciar los momentos felices y las alegrías, y a ser fuertes, a encarar los peligros, los miedos, la soledad…Yo creo que evitando el dolor y la tristeza eso no se consigue.
Es cierto que, a veces, son cuentos un poco terribles, hay muertes, mutilaciones… Por ejemplo, a las hermanastras de la Cenicienta, les rebanaron parte de los pies para que les cupiera el zapato. Ésa es la versión de los Grimm; aunque ya los propios Grimm oyeron críticas en su tiempo y por eso luego escribieron una versión más suavizada…o sea, que ellos también, sobre la marcha, fueron adaptando.
Hay cuentos que quizá pueden sonar un poco anticuados, pero una historia que está bien narrada, con un lenguaje cuidado y que ha pervivido durante tantos años puede seguir teniendo vigencia porque en el fondo está hablando de las cosas importantes de la vida, de lo bueno, de lo malo y de los retos que van surgiendo cada día…Se ha escrito muchísimo sobre el significado de algunos elementos presentes en los cuentos tradicionales: el bosque, los viajes iniciáticos, etc. Finalmente, los cuentos hablan de la soledad, de enfrentarse a los propios miedos, de la superación del crecimiento…. Yo creo que un buen cuento, básicamente, narra ese tipo de conflicto y eso forma parte de la naturaleza humana, de ayer, de hoy y de siempre.
En este sentido, ¿consideras que más que prohibir o renunciar al valor de los clásicos es necesario un acompañamiento en su lectura?
La solución no es prohibir. Yo creo que el problema no es el cuento en sí, por muy cruel que sea lo que narre. El problema está en que, tal y como nos pasa hoy con tantas facetas de la vida, no tenemos tiempo. Del mismo modo que antes decía que un rasgo típico de nuestra generación es que intentamos sobreproteger a nuestros hijos, otra característica es la falta de tiempo. ¿Qué es lo que pasa entonces? Que intentamos paliar esa carencia poniendo a su alcance distracciones. Y los sentamos en la tele, y les ponemos una tablet en las manos o, en el mejor de los casos, les damos un libro. Así intentamos que, ya que están solos, se entretengan y no molesten. Ahí está el verdadero problema.
Ante un cuento clásico es muy importante estar presentes (o, al menos, cerca): para poder aclarar una duda que en ese momento surja, para poder decir una frase tranquilizadora cuando vemos que sienten temor, para dialogar con ellos. El problema no es el cuento, sino el contexto en que se lee o escucha, el silencio, la ausencia del adulto y, por tanto, la falta de mediación.
Son muchas las adaptaciones que se han hecho sobre los cuentos tradicionales, no todas igual de acertadas, ¿cuál es tu opinión sobre las adaptaciones en literatura infantil y juvenil de algunos clásicos? ¿o sobre las alternativas a estos relatos clásicos y tradicionales?
En cuanto a las versiones de Andersen, ya que estamos en su día, hay muchas y estupendas ediciones, como las que ha hecho Anaya. Y si hablamos de revisiones más contemporáneas de este autor, me encanta El Soldadito de Plomo, de Lóguez (2005), una versión sin palabras pero muy elocuente y, en otro estilo, El nuevo traje del emperador, de Apila (2014).
Frente a los cuentos tradicionales, que parecen que ya no sirven, surgen intentos de amoldar la literatura y hacer otros relatos en defensa de los nuevos valores. A mí me parece muy bien que la literatura sea variada, que la oferta de lectura que hagamos a los chavales sea tan diversa que permita encontrar puntos de vista diferentes y desarrollar el sentido crítico, facilitar que cada cual vaya armando en su cabeza una ética propia a partir de lo que ve, no sólo de los cuentos.
Hay cuentos magníficos que ayudan a reflexionar sobre los estereotipos de género, sobre la violencia y la aceptación, sobre nuestro comportamiento social y sobre mil problemas contemporáneos, pero también hay una tendencia muy didáctica,—y aunque diga didáctica no necesariamente está vinculada a la escuela, también se promueve muchas veces desde organizaciones y movimientos sociales: feministas, ecologistas, colectivos gays, etc—. Desde esas instancias a veces se difunden libros infantiles con una intención meramente instrumental y una muy baja calidad.
Ése es un problema del panorama editorial actual. Los mensajes se hacen explícitos y se abandona la parte artística, de creación, la dimensión más imaginativa y simbólica, más estética.
¿Podríamos decir que ocurre lo mismo con el cine?
El problema del cine infantil es que suele ser muy unívoca la visión que se da de los cuentos. El cine que llega hasta los chavales normalmente es el más comercial, el de las grandes producciones, con todo su “merchandising” y sus versiones televisivas.
Hay muy buen cine europeo infantil, pero éste a veces no llega a los chavales: en Alemania, en Francia…También en otros continentes. Es otra visión del mundo, más compleja que la que viene desde EEUU.
Nos cuesta mucho encontrar buenos títulos que rompan los estándares, pero cuando localizamos alguno intentamos ficharlos para la biblioteca.
Ideológicamente, la mayor parte del audiovisual que llega a los chavales a través de los canales de televisión (el Clan, el Disney Channel, el Boing…), nos mandan mensajes en dónde lo importante es el éxito, el triunfar. Sus protagonistas son siempre pequeños cantantes, estrellas del espectáculo, y claro, eso reforzado con los programas que están triunfando en televisión (Masterchef, La Voz…), refuerza la idea de que el principal objetivo en la vida es ese, es triunfar y ser popular.
A mi eso me parece muy pernicioso para los chavales porque, de alguna manera, supone robarles la infancia, decirles que lo pequeño, lo que ellos viven a diario, no tiene ninguna importancia. Precisamente una de las cualidades de la literatura infantil es que muchas veces les habla de historias cotidianas, mucho más cercanas a su vida. Y de conflictos y aventuras variados. Lo deseable es que tengan una oferta más diversa, aunque a veces sea tan difícil encontrarlo. Las personas que trabajamos con chavales tenemos esa responsabilidad, intentar poner a su alcance otros modelos.
Dos días después de realizar esta entrevista se estrenó la película de La Cenicienta, bajo la dirección de Kenneth Branagh. Os adjuntamos un enlace de Jordi Costa, en el periódico El País, haciendo una crítica a la película en el contexto que estamos hablando. El nombre del artículo es sugerente, Cómo lobotomizar un cuento.
Son ya muchos los años celebrados en la memoria de H.C. Andersen, ¿Qué destacarías de su obra?
Es importante analizar su obra en su contexto. Andersen era un hombre muy religioso, un hombre con una visión muy espiritual. En sus cuentos, la resolución de los problemas llega muchas veces por vía divina. La Cerillera se queda dormida pero luego se encuentra con Dios, La Sirenita no termina de morir del todo porque se convierte en espuma de mar para reunirse con las hijas del viento. Es una visión que puede llamarnos la atención ahora, pero que formaba parte de su vida. Lo que es indudable es la calidad literaria, la prosa que tienen sus relatos, a la altura de la de cualquier gran escritor para adultos. También los conflictos que plantea son conflictos originales. Aunque también recoge tradición, como Perrault o los Grimm, muchas de las historias que narra son suyas y los arquetipos que crea son verdaderos hallazgos.
Mi favorito es el Traje Nuevo del Emperador, que es un cuento muy actual, con un mensaje político que permite explicar muchas de las cosas que nos han pasado o que nos están pasando con la crisis, la corrupción…gente que llegó a los más alto por vanidad, por la apariencia y que nadie se atrevió a denunciar su desnudez.
¿Qué actividades destacaríais de las realizadas en los últimos años?
Llevamos ya doce años celebrando este día en la biblioteca. En la propia biografía de Andersen hay recursos para realizar con los niños. Hay un cuento que nos gusta mucho que es un cuento contemporáneo que se titula La Caja de Andersen, es una novela infantil que nos cuenta que Andersen cuando se fue a estudiar fuera dejó en su pueblo una caja con sus recuerdos de infancia. Al regresar abrió esa caja, lo que le dio pie a construir historias.
Villar y Sara nos muestran un baúl azul de madera, donde han metido algunas objetos representativos de la vida de Andersen: un lazo que llevaba en el cuello, una concha, una piedra…El baúl se les presenta a los chicos/as y a partir de dos objetos, empleando la técnica del binomio fantástico de Rodari, promueven la creación de historias.
También nos presentan un cuaderno de elaboración propia, en la que han recopilado fotos, escogidas de la página web de la Embajada de Dinamarca, y han creado la biografía de Andersen. En celebraciones se les ha presentado a los chicos/as también de forma audiovisual.
En otras ocasiones se han elaborado marca páginas, álbumes de cromos con cuentos de Andersen, recortables (ya que era un hobby que tenía el escritor).
¿Qué actividades tenéis previstas para este año?
Este año vamos a hacer todo un campamento centrado en el Traje Nuevo del Emperador. Parte de las actividades se hacen en la biblioteca, abiertas a todos los niños que quieran venir. Vamos a jugar con esa historia, que los chavales nos ayuden a denunciar la desnudez del emperador. También trabajaremos actividades de creación literaria a partir de ese cuento.
El miércoles 1 de abril, se realizará una actividad para niños/as. Se leerá el manifiesto de este año, que lleva como lema: Muchas culturas, una historia. Además contaremos con el narrador Sergio de Andrés.
También participamos en un concurso de la Oepli (Organización Española para el libro infantil y juvenil), os adjuntamos el enlace por si os animáis a participar: http://civicanlib.blogspot.com.es/.
Ha sido un placer el haber podido compartir esta mañana conversando sobre los clásicos y sobre Hans Christian Andersen. No nos queda más que agradecerles su calidez y el compartir con nosotras estas reflexiones. Esperamos que a nuestros seguidores/as también les haya gustado.