Con la visión del cornupianismo, las catástrofes anunciadas son unas de tantas predicciones no cumplidas. Cierto es que a lo largo de la historia se han anunciado catástrofes que hasta la fecha no parecen haber afectado tanto, pero hay que tener en cuenta que en ciertas ocasiones no han sucedido porque se han tomado medidas, como en el caso del uso del DDT dañinos para la vida animal o de los CFC que dañaban la capa de ozono. En otros casos el sistema natural del planeta ha ido regulando por el momento la situación y en otros casos sí que se han producido los daños, pero han afectado a personas que “no cuentan”, las cuales se han visto en la necesidad de migrar de sus lugares por los daños generados en sus ambientes naturales. ¿Podemos decir que el mundo es mejor que antes para los pescadores del Lago Victoria o el Mar de Aral?.
La geoingeniería se ha propuesto como una solución a problemas ambientales como el cambio climático. En mi opinión, estas propuestas vienen de una visión demasiado cientista y que tiene como objetivo poner parches a los problemas. Estas propuestas no consiguen arreglar el problema, sino sus síntomas. Lo que se necesita es reducir la presión respecto a las fuentes que causan el daño, no intentar compensarlo de otro modo. En caso de conseguirse lo que prometen, se estarían convirtiendo en una excusa para poder seguir aumentando la presión sobre la naturaleza, con la idea de poder compensar el daño por otro lado, pero estaríamos introduciendo un nuevo factor influyente, que seguramente cree desestabilizaciones por otro lado en el equilibrio del planeta.
No es de extrañar que el cornupianismo esté tan ligado a la visión capitalista neoliberal, ya que encaja perfectamente con su visión. Bajo esta, hay movimiento e inversión económica tanto en el proceso de producción y destrucción del ambiente, como en el intento de corregir los daños que éste sistema produce. Es una ganancia doble. Sobretodo si quien paga el daño no es la misma persona que lo ha generado. Pero este planteamiento parece olvidar que el planeta tiene recursos finitos, que esos daños que se corrigen solo serán para quien pueda pagarlos. Y sobretodo, en este sistema, no está contemplada la posibilidad de reducir el daño siendo más austeros en la utilización de recursos materiales y energéticos, ya que esto produciría un descenso financiero, hecho que va completamente contra los principios del sistema.
La ciencia y la tecnología han ido dando soluciones a los problemas que se han ido presentando a la sociedad, mejorando con ello la calidad de vida. El problema real se crea cuándo estos avances pierden el sentido social y solo asumen los principios del libre mercado con su visión cortoplacista, de crecimiento exponencial, bajo un supuesto de recursos ilimitados y al servicio de quien pueda pagarlos.
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