En muchos países el invierno está asociado a la estación más lúgubre y fría. Según la tradición, la “muerte” de la naturaleza se produce 40 días después del equinoccio de otoño, es decir, hacia el 1 de noviembre. En estas fechas muchas culturas celebramos varias fiestas más o menos lúdicas: Halloween (noche 31 de octubre), el Día de Todos los Santos (1 de noviembre) y el Día de las Almas o de los Muertos (2 de noviembre). Todas ellas tienen como objetivo rendir culto a los muertos y recordar a nuestros antepasados. Asimismo, estos días se vinculan con la vuelta de las almas de los muertos y a diversas manifestaciones de su presencia entre nosotros.
Nuestros niños y niñas participan en estas celebraciones: se disfrazan en Halloween, visitan los cementerios, comen los dulces típicos (buñuelos, huesos de santo…), en fin, celebran la muerte sin preocupación y con alegría. Pero llega un día, más bien una noche, en el que tu hija de 4 años te comenta que ella no se va a morir porque las personas se mueren cuando llegan a los cien años; a los 5 años, otra noche, te pregunta por qué nos morimos y a los 6 años, las noches más angustiosas, exclama llorando que ella no se quiere morir ni quiere que nadie de su familia se muera.
¡Ufff! ¡Qué duro! A las madres y padres sólo nos queda acompañarles, abrazarles, dejar que lloren y que las lágrimas vayan sacando la angustia que les oprime…Yo no tengo palabras que decirle… en parte porque yo siento esa misma angustia cuando pienso en la muerte.
Pero los padres y madres tenemos dónde apoyarnos: nuestra experiencia, información y muchos libros infantiles que tratan el tema de la muerte y cuya lectura podemos compartir con nuestras hijas e hijos. Por eso, hemos elegido este momento de tantas celebraciones alrededor de la muerte para ofreceros dos herramientas que nos pueden venir bien cuando nuestros hijos e hijas nos pregunten sobre la muerte:
- un enlace a una guía muy útil: Explícame qué ha pasado: guía para los adultos para hablar de la muerte y el duelo con los niños
- y un listado de algunos libros sobre la muerte y el duelo. Los podéis encontrar en las bibliotecas o librerías. Mirar el libro y leerlo antes de compartirlo, así sabréis si es adecuado para vuestros hijos e hijas. La edad recomendada es sólo un pequeña orientación:
3 a 6 años
- Elisabeth Brami, Como todo lo que nace. Kókinos, 2000.
- Françoise Legendre, Gajos de naranja. Tandem Edicions.
- Nigel Gray, Osito y su abuelo, Timun Mas.
- Elisa Mantoni, Abuelo ¿dónde estás?, Everest, 2003.
- Sylvia Van Ommen, Regaliz. Kókinos, 2005.
- Koos Meiderts, Itsasargia, Ttarttalo, 2007.
6 a 8 años
- Eduard José; il. Noemí Villamuza, Julia tiene una estrella. La Galera.
- Babette Cole, Estirar la pata o cómo envejecemos. Editorial Destino, 2001.
- Marisa López Soria, Camila y el abuelo pastelero. Alfaguara.
- Nahir Gutiérrez, ¿Dónde está la güelita Queta?. Destino, 2011.
- Elisa Ramón, No es fácil pequeña ardilla. Kalandraka, 2003 (Ez da erratza, katagorri)
- Antonio Ventura, El tren. Lóguez, 2000.
- Margaret Wild, Nana vieja, Ekaré, 2000.
- Peter Schössow, ¿Cómo es posible?: la historia de Elvis. Lóguez, 2008 (mascotas).
- Hans Wilhelm, Yo siempre te querré. Juventud, 2002 (mascotas).
- Amelie Fied, Aitona joan egin da. Hiria, 2003.
- Iñaki Zubeldia, Ama!, Giltza, 2006. (¡Mamá!)
- Anette Blay, ¿Qué viene después del mil?, Takatuka, 2009.
8 a 10 años
- Jutta Bauer, El ángel del abuelo, Lóguez, 2002.
- Antton Kazabon, Elurrezko pilotak. Aizkorri, 2006.
- Seve Calleja, Hiltzen bazara, ikusiko duzu. Ibaizabal, 2004.
- Fina Casalderrey, El estanque de los patos pobres, Edebé, 1996.
10 a 12 años
- Wolf Eribruch, El pato y la muerte. Barbara Fiore, 2007.
- Michael Rosen, El libro triste. Serres, 2004.
- Antton Kazabon, Izar baten gainean, Desclée de Brouwer, 1998.